Llamadas a

·> Llamadas a la medianoche que duran horas.

Pocas veces, por no decir en ninguna ocasión me detuve a mirar la hora cuando recibí una llamada, así que no puedo decir si algunas de esas llamadas en las que aprovechamos las circunstancias, y exprimíamos cada instante sabiendo de antemano que en cualquier momento ya fuera a causa de la tecnología, o por causas del día a día, esa conversación que tanto nos agrada, que nos une, que nos hace sentir que quien se encuentra al otro lado, está como mínimo pasándolo igual de bien que Tu.

:-) Se que las llamadas eran fluidas, a veces de mutuo acuerdo, en ocasiones imprevistas, algunas en horas mas o menos normales, otras en horarios casi casi intempestivos.

Algunas de esas llamadas, tenían como común denominador que tanto a Ti como a mi nos apetecía, y buscábamos casi cualquier excusa para acortar las distancias.

·Algunas de esas llamadas, empezaron en la distancia propia de las circunstancias, para proseguir mientras casi siempre de mutuo acuerdo nos acercamos hasta algún punto intermedio, donde poder dejar las tecnologías y proseguir con el sencillo arte de hablar, en ocasiones incluso sin necesidad de utilizar el lenguaje, solo con lo que tu mirada me decía.

Algunas de esas llamadas, aprovechando a veces la nocturnidad, al amparo de las luces, de las estrellas, a veces al calor del mediodía, con la complicidad del ajetreo que había alrededor, la buena fe de quien no sabía que en breve iba a ser pillad@ casi casi in fraganti, sorprendid@ para regocijo primero de quien lo había preparado, de quien se esforzó, y al instante siguiente de ambos dos.

Sentir que mientras estás hablando, notas que la conversación es más clara, que se oye mejor, que quien se ha detenido a tu lado, no es que esté escuchando la conversación, sino mas bien que es quien ha estado hablando hasta encontrar donde disfrutabas de la suave noche, recostada, mientras imaginabas donde podía estar quien tanto hablaba.

En ocasiones, tras intentar SaludarT en persona, al ver que ese día no iba a poder saborear sentir el suave contacto de tu piel, decidir aprovechar que al menos estaba disfrutando de tu voz, de esa conversación, optar por compensar mi pena tomando un café, mientras comentaba donde había decidido hacer una pausa, para al dejar de conducir poder prestar toita mi atención a quien desde primera horas de la mañana llenaba cada momento que tuviera libre.

Mientras me 'consuelo' al tener tu voz tan cerca de mi, al sentir un poco de nostalgia al no poder compartir efímero momento entre que nos sentamos y nos preguntan que vamos a tomar, estar tan absorto en tu voz, que me olvide del resto, del entorno, hasta que una voz con inicio de risa contenida me avisa acerca de algo que en ese momento está pasando cerquita de mi, casi en frente.

Momento en que me doy cuenta de que me has devuelto (con creces) alguna de las que pensabas me debías.
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