·Calle Empedrada, Flores en el Balcón, Vecin@s q se asoman cuando Pasas x SaludarT, Saber d Ti
Hay lugares todavía donde puedes salir a pasear y entretenerte en hablar con l@s que como tu tienen la suerte de estar en ese remanso de paz.
Ese lugar donde las flores están en el balcón de casi todas la casas, amparando el camino, para que nos resulte fácil recordar que a poquito que queramos, casi al alcance de la mano, a la vuelta de esa esquina, al seguir por esa calle, estamos de lleno en medio del campo.
Calles estrechas para que ese Sol que tanto apreciamos, nos deje solo su luz, evitando de esta forma que el calor haga mella en las tardes, nos impida salir a pasear.
·Sabes que estás invitada a pasear por estas calles llenas de luz, repletas de flores, con sombras donde descansar, mientras saludas a l@s que están asomados en las puertas y ventanas.
Si me sigues, si permites que te guíe, si dejas que esa parte de mi que te ha traido hasta aquí nos lleve por ese vericueto de callejones, podremos saborear uno de esos cafés que nos debemos.
En una de las casas, haciendo esquina entre un par de calles, han aprovechado para poner algunas de mesas cortejadas por bancos y sillas, cada una con su propia historia, con sus propios recuerdos.
Después del saludo al llegar, de preguntar por la familia, por l@s vecin@s, de responder a las preguntas que nos permiten compartir esos días en los que no hemos podido pasar a tomar ya sea café, una cerveza fresquita, y si es de madrugada hasta una tacita de caldo.
Como único pago nos aceptarán, el compromiso de pasar otro día, de volver a saludar.
Sí, todavía hay sitios así.
Si me sigues, si permites que te guíe, si dejas que esa parte de mi que te ha traido hasta aquí nos lleve por ese vericueto de callejones, podremos saborear uno de esos cafés que nos debemos.
En una de las casas, haciendo esquina entre un par de calles, han aprovechado para poner algunas de mesas cortejadas por bancos y sillas, cada una con su propia historia, con sus propios recuerdos.
Después del saludo al llegar, de preguntar por la familia, por l@s vecin@s, de responder a las preguntas que nos permiten compartir esos días en los que no hemos podido pasar a tomar ya sea café, una cerveza fresquita, y si es de madrugada hasta una tacita de caldo.
Como único pago nos aceptarán, el compromiso de pasar otro día, de volver a saludar.
Sí, todavía hay sitios así.
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